Decir quien es Oscar Iván Castaño parecería estar de más. El hijo de doña Mariela Ossa de Castaño es uno de los imitadores de mayor reconocimiento en Colombia, un ibaguereño capaz de trasfigurar su rostro y su voz para personificar a los líderes de esta nación y de otras; a deportistas propios y extranjeros; a cantantes del momento; a los pretendientes de sus hijas y a quien se le antoje.

 

Desde Voz Populi Radio, Voz Populi Te Ve, Sábados Felices y las tablas de los teatros nacionales, nuestro egresado se ha convertido en un rostro aclamado por las multitudes que lo siguen en busca de diversión, con el ánimo de concebir la realidad de una forma más grata.

Oscar expone en su trabajo el desparpajo propio de la colombianidad, los desaciertos de los políticos de turno, nuestras contradicciones y aciertos, nuestra capacidad de invención y de reponernos desde el humor. Una estrategia lúdica y apremiante que enriquece la democracia y la tolerancia entre la diferencia. Una puesta en escena que, sin parecer muy seria, lo es.

Sus intervenciones demandan una intelectualidad aguda, un conocimiento pleno de la actualidad nacional, horas de lectura, conciencia crítica, y hoy como Universidad, destacamos no solo su histrionismo artístico sino su visión e ingenio para aplicar lo aprendido en las aulas a su apuesta artística.

Oscar Iván Castaño es tecnólogo en mercadotecnia y encontró en la necesidad de la gente por reír y reflexionar al tiempo, un público objetivo por satisfacer.

“En la sala de mi casa siempre se dijo que hablar de política, religión y fútbol, nunca terminaba bien, pero uno asiste a un evento de humor político como el de Oscar Castaño y se da cuenta que con risa se puede hablar de todo”, comentó Andrés Gil, uno de los asistentes al show Los Imitadores que anda de gira nacional y en el que Oscar Iván es una de las estrellas.

“He tenido la oportunidad de implementar lo aprendido en la Universidad de Ibagué en mi trabajo. Asumo responsabilidades logísticas en las giras, alianzas y publicidad, no me quedo con la actividad artística, pues cuento con las herramientas de mercadeo”, dijo con ahínco Oscar.

Antes de la fama

Oscar siempre fue un buen observador, habilidad primera para quien pretende imitar. Identificaba gestos y expresiones de los demás con facilidad. No era un joven con necesidad de notoriedad, por eso sus chistes e imitaciones no eran frecuentes, las atesoraba para momentos oportunos.

Graduado del colegio Cisneros, ingresó a la Universidad de Ibagué, donde se destacó en lo académico y por su vocación deportiva con énfasis en baloncesto.

Así recuerda Oscar su paso por la alma máter:

 

Por sus habilidades para afrontar los retos del mercado, ingresó a trabajar en la fábrica Postobón que operaba en el barrio Interlaken de Ibagué hace ya varios años.

“Mi papá cuenta que en Postobón, para que le solucionaran los problemas de su computador, llamaba por teléfono a los encargados de arreglarlo, pero no con su voz, sino con la del jefe”, comenta María Camila quien se ríe de las ocurrencias de su padre. “Le arreglaban todo rapidito”, añadió.

A partir de bromas por el estilo, Oscar Iván empezó a construir un nombre, un reconocimiento en su círculo laboral. Con imitaciones de calidad se hizo famoso en su empresa, organización que tiene una relación cercana con el mundo del entretenimiento, y que lo sedujo de la oficina a las tablas.

Por la pasión con que afronta su trabajo, por encontrar una ruta de mercadeo para sí mismo, por ser muestra de la formación integral que reciben los egresados de nuestra institución: Oscar Iván es motivo de orgullo Unibagué.

Por: Germán Gómez Carvajal, productor de contenidos Unibagué.