Miércoles, 09 May 2018 20:25

Un compás de adioses

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Alfonso José Escárraga


Deportes favoritos:

El fútbol y el béisbol

Le encanta:

Escuchar salsa, enseñar

Lugar de nacimiento:

Santa Marta (Colombia)

 

Alfonso José Escárraga es un hombre de academia, de fútbol y de salsa. Docente adscrito a la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad de Ibagué desde hace ya 25 años; más samario que la Quinta de San Pedro, tan apacible como el mar, tan dicharachero como los ritmos del caribe.

Un hombre por esencia docente, entendido en los tiempos; en los tiempos suyos y en el de las generaciones que ha educado. Habla como un patriarca del saber, memorioso, sabio, cadencioso. “Todos los días la Universidad, dentro de un salón cambia; yo no puedo comparar a un estudiante que recibí en 1994 con uno de este 2018: cambian los contenidos, cambia la gente, los sistemas sociales, las metodologías”, señaló Escárraga.

Se reconoce afortunado porque bien saben los docentes, que relacionarse con los estudiantes es complejo, pero este hombre bonachón, se ufana de no haber tenido ni un solo inconveniente nunca. Escárraga eleva su dedo índice para enfatizar que ¡ni uno!, ni un solo malestar con estudiantes. “A mí, en las valoraciones a docentes, me va bien”, añade Alfonso José.

Le va bien porque es un hombre inquieto que se renueva con los años, innovador. Fue uno de los profesores más prestos al manejo de las TIC, más interesado en involucrar las nuevas tecnologías a las aulas. “Él fue uno de los profesores realmente enfocados en producir OVAS (Objetos virtuales de aprendizaje), es notable su interés por innovar; resultó ser más inquieto y dinámico que muchos profes jóvenes y su coordinación del laboratorio fue impecable” señala Alexa Bajaire, docente del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué y antigua comunicadora social y periodista del Centro de Innovación Educativa Ávaco de la misma Universidad.

A Alfonso José le dicen Chico pues su jerga costeña le impide decir joven, muchacho u otro sinónimo de chico. El periodista y escritor caribe, Juan Gossaín señala que "el verdadero costeño se define por su alegría ante la vida" y Chico o el profesor Alfonso José, es un digno representante.

No es el profe de sonrisa constante porque la vida tiene matices y él lo sabe. Entonces, al rememorar historias y pescar situaciones a través de los años, se le ve nostálgico. Aunque da rodeos y elude para no afirmar su adiós, termina aseverando que quiere descansar, que se va. Que volverá a la arena atlántica donde pateó balones, que quiere ya tener vida de jubilado, que quiere dedicarse a él y hacer todo de lo que se ha privado. Planea vivir cerca a sus hermanas, quiere viajar a Italia donde su hija, besar más, abrazar fuerte, retomar la cercanía con sus amigos de infancia. Hace un año entregó la coordinación del laboratorio de química para suavizar su carga laboral y fomentar la preparación de docentes que vienen a asumir un cambio generacional.

 

 

 

“Yo puedo irme y parar, la Universidad de Ibagué debe seguir andando y a buen ritmo, continuar con ese crecimiento vertiginoso en todos las áreas”.



Al hablar Alfonso José de ritmos, se descubre de entrada que es melómano, salsero de los bravos. “Yo tengo una colección de salsa, te invito a mi casa chico pa´ que conozcas el rugir de la salsa”, añade el profe, quien remata su frase sacudiendo las manos como quien toca unas maracas. Sus amigos saben que él le rinde un culto casi doctrinal a la salsa y que demuestra su aprecio compartiendo discos. Tiene más de quinientos discos en formato LP y se ha tomado el trabajo de digitalizar todas aquellas canciones que la industria musical ya no recuerda. “Me gusta la Sonora Ponceña, Héctor Lavoe, Henry Fyol, El Gran Combo, Tito Rodríguez, Charles y Eddy Palmieri, Tito Puentes, casi que amante de todo lo que fue la Fania”, expresa el profe mientras da cátedra salsera con la seriedad de quien enseña química orgánica.



La Universidad y el hombre de la salsa experimentan hoy una alegría pesada. Alegría porque con su partida Chico se va como un profe admirado, piloso, buena onda a rematar sus días como él quiere, con playa, brisa y mar como dice la canción. Y pesada porque los afectos tienden a retener a quien se quiere. Sus amigos se alegran por él pero se pronostican adolecer su ausencia.

Alfonso José está lleno de vida pero entiende que necesita dosificar su energía, como aquellos hombres de vidas virtuosas, recorre los años, recitándose a sí mismo sus logros y experiencias. Se receta para el semestre B del 2018 una vida menos agitada.

-¿Y qué harás con tanto tiempo profe? Le pregunto.

- Viajar, vivir, yo he pensado muchas cosas, ojala el tiempo me dé hasta para hacer los mandados de la casa (se ríe), también quiero escribir, dejar, además de  las publicaciones que ya tengo, más conocimiento para dar.

- ¿Y la salsa?

-Hombe chico también, siempre.

“Adiós profe”, le dicen unos estudiantes que pasan cerca de él.

-Adiós. Contesta el profe levantando la mano sin agitarla.

Por: Germán Gómez Carvajal, Productor de contenidos, Unibagué.

 

Visto 928 veces Modificado por última vez en Viernes, 05 Abril 2019 20:47

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