Viernes, 16 Marzo 2018 15:13

Un paradigma de la lectura y la escritura en línea

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 Leer y escribir constituyen procesos importantes en la consolidación del pensamiento del ser humano. A pesar del tiempo, estos dos procesos han seguido su rumbo y son utilizados como herramientas de la comunicación, necesarios en el ejercicio de interacción, el intercambio de ideas, la socialización, el desarrollo de la sensibilidad, la participación...


 

Leer y escribir constituyen procesos importantes en la consolidación del pensamiento del ser humano. A pesar del tiempo, estos dos procesos han seguido su rumbo y son utilizados como herramientas de la comunicación, necesarios en el ejercicio de interacción, el intercambio de ideas, la socialización, el desarrollo de la sensibilidad, la participación, etc. A pesar de la incursión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación; la lectura y la escritura están vigentes y hacen parte de los chats, foros, mails, las conversaciones en línea; a veces de manera más precisa y puntual, pero a fin de cuentas siguen siendo prácticas habituales. 

Es muy claro que las formas de leer y escribir no se han abandonado, pero sí se han modificado con el uso de las TIC, tal vez para sistematizar mejor la información, por la inmediatez o la necesidad de obtener una respuesta sucinta y en el menor tiempo posible. Por eso, leer y escribir en un mundo que se transforma continuamente exige individuos activos. Ello requiere procesos de enseñanza y aprendizaje que lleven al individuo a concebir el texto como un conjunto elaborado, que se piensa, sobre el que se analiza y reflexiona. De manera que leer y escribir en línea requiere un pensamiento crítico “saber navegar por internet ya forma parte de los objetivos educativos declarados o en vías de declaración” (Ferreiro, 2000, p.8).

Es importante saber que leer y escribir en un gran escenario como lo es la red requiere del desarrollo de habilidadescognitivas y comportamentales que le permitan al estudiante comprender a profundidad la información que allí aparece. Los cuestionamientos, las dudas, las afirmaciones y opiniones hacen parte de la comprensión y el dominio que el estudiante logra cuando hace una búsqueda minuciosa; es decir está en la capacidad de elegir qué puede ser útil o no, en su propósito de lectura o escritura. En definitiva capacidades básicas que le exigen al lector estar atento, ser selectivo y entender que leer en línea, al igual que en medio impreso requiere de suspicacia, y que comprender, mas allá de interpretar signos exige una visión amplia, hacer conjeturas y tomar decisiones.

Leer o escribir en línea, implica reconocer los recursos que se pueden encontrar para favorecer el proceso a través del uso de la herramienta.  Por ejemplo, las notas al lado de página, el listado de ideas, la selección de las mismas a través del subrayado, la realización de esquemas, cuadros y mapas que contribuyan a la planeación y reformulación de un texto. En últimas, prácticas que hacen de la lectura y la escritura procesos participativos que no pueden figurar como ejercicios efímeros, rápidos o poco profundos. 

Actualmente es común encontrar en redes sociales, chats, correos y textos en línea, errores garrafales que reflejan un uso inapropiado de las formas gramaticales, atropellos en el uso de la lengua que, tal vez, se deben al afán de escribir el mensaje, ser lo más preciso posible, por pereza, por manía o porque no hay respeto por el lector. Nos enfrentamos a un  tiempo en el que el ser humano se ha resignado a digitalizar una escritura arcaica, disuelta e imprecisa, o como lo dice Cassany (2011) estamos vinculando “modos distintos de acceder, usar, construir y concebir el conocimiento (…)”por ello se le debe dar la importancia que merece a la transición de la lectura y la escritura y el uso consciente de estos procesos en la red.

Sin embargo no podemos afirmar que la lectura y la escritura han mejorado o desmejorado a partir de su uso en red. Lo que sí podemos mencionar es que necesitamos individuos críticos, audaces, que utilicen sus capacidades para utilizar este tipo de recursos y apropien estas prácticas para fortalecer sus aprendizajes. Hoy se suele pensar que los jóvenes manejan a la perfección las TIC,  pero es claro que cuando se trata de utilizarlas para actividades académicas, desconocen muchas de las funciones que les pueden ser útiles para agilizar su labor, usar correctores de estilo, realimentar textos en la nube, escribir colaborativamente, desarrollar test en línea, poner en práctica sus conocimientos en plataformas virtuales, etc. 


Al respecto,  Parodi (2010), en una de sus investigaciones, hablaba de las ventajas de usar la red al momento de leer y escribir, ya que cuando lo hacemos estamos sujetos a recursos que están medianamente a la mano, hacen parte de la actualidad y del entorno y figuran como herramientas de estudio o de trabajo. Paradójicamente en uno de sus estudios encontró que cuando se trataba de leer para estudiar, los actores preferían imprimir el material aun contando con herramientas en la red que les permitirían subrayar, seleccionar y hacer notas. En últimas, la justificación que el lingüista pudo dar a esta situación es que a pesar del ejercicio de interactividad que puede permitir la red, tanto en el proceso de lectura como de escritura, también se requiere de momentos de concentración que muchas veces el hecho de estar conectado, no puede garantizar.

Lo anterior denota que leer y escribir son ejercicios de distanciamiento en donde el lector o el escritor se encuentran a sí mismos; también, son construcciones sociales y culturales que exigen el intercambio y la difusión de información para que se transforme; esto es lo que Cassany (2011) defiende al mencionar que el papel del docente es fundamental, pues el uso o desuso que da a los recursos en línea para leer o escribir, repercute en la motivación o desmotivación  de sus estudiantes, lo que genera que decidan explorarlos, desecharlos ousarlos como un simple medio para entretenerse.

En otras palabras, usar la lectura y la escritura como una excusa para apropiar las herramientas TIC, requiere de un trabajo comprometido, porque primero se debe desarrollar un trabajo cultural que promueva una actitud académica sobre el uso de estas herramientas TIC, pero sobre todo direccionado al uso responsable y consciente. Leer y escribir en línea con un propósito más profundo, que trascienda la transcripción de textos, enviarlos vial mail o esperar que descarguen o consulten información.

En la red no es posible ser sólo un gran lector, como lo han sido muchos letrados hasta hoy, en la época de Gutenberg, cuando se podía ser culto sin redactar ni una sola línea. En internet los lectores también escriben; la recepción y la producción de textos se imbrican íntimamente; no se puede estar pasivo o callado (Cassany, 2012, p.32).

Como herramientas de aprendizaje, podemos contar con una lista selectiva de motores de búsqueda que direccionen sus consultas, llevarlos a  sintetizar y a categorizar información, tratar de erradicar la selección ingenua y perezosa que ocasionalmente realizan los usuarios en línea. Al respecto, Cassany (2010) hace mención al riesgo de manipular información errónea, puesto que no hay un filtro que garantice que las búsquedas realizadas a través de los exploradores arrojen información verídica, o al menos fiable, nada garantiza su veracidad, lo que promueve prácticas lectoras en donde simplemente se recicla información, incluso desconociendo que en esta labor se puede cometer plagio. 

Todo lo contemplado supone la duda sobre ¿qué tan fácil leer y escribir en la línea hoy?; pensemos por un momento en los niveles de comprensión y análisis con los que debe contar un individuo para descifrar la escritura espontánea y enfrentarse al lenguaje ambiguo, falto de unidad y sentido completo del que carecen los textos de algunos de los usuarios en la red. 

 

Referencias 

Cassany, D. (2011). En_ línea leer y escribir en la red. Barcelona, España: Editorial Anagrama.
Parodi, G (2010). Saber leer. Instituto Cervantes. Madrid, España. Santillana ediciones Generales. 
Ferreiro, E. (2000). Leer y escribir en un mundo cambiante. Buenos Aires: Novedades Educativas.
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