Una aplicación móvil, también conocida como app, es un tipo de software desarrollado para ser instalado y ejecutado sobre dispositivos móviles, tales como teléfonos inteligentes o smartphones, tabletas, relojes inteligentes o smartwatches, videoconsolas portátiles o calculadoras, entre otros. Su objetivo es responder a una necesidad muy específica en cualquier ámbito —académico, profesional, entretenimiento, acceso a servicios, gestión de datos u otros— mediante la ejecución de tareas repetidas.
 

La diferencia radica en que estas aplicaciones estaban instaladas de forma predeterminada, no se permitía agregar nuevas al dispositivo y tampoco se podían eliminar. Ahora, con la introducción al mercado del iPhone, por parte de Apple Inc., en junio de 2007 se populariza el concepto del smartphone. Posteriormente, con el lanzamiento del iPhone 3G, en junio de 2008, gracias al sistema operativo iOS 2.0, que marca el inicio de la App Store o Tienda de Apps, se permite la distribución de apps por parte de terceros, con lo cual se crea un nuevo modelo de negocio.

Es importante resaltar que una app no funciona en todos los dispositivos móviles, sino que se diseña para que se ejecute sobre un sistema operativo en particular, incluso con algunas restricciones con respecto a la versión de este último y a las características técnicas del dispositivo en sí mismo; esto, con el fin de aprovecharlas al máximo y ofrecer así una mejor experiencia de usuario.
En la actualidad, los principales sistemas operativos que predominan en el mercado son Android, iOS, Windows Phone y Blackberry OS. Para instalar una app en un dispositivo móvil, cada sistema operativo ofrece acceso a una tienda de aplicaciones, la cual opera en línea, ofrece catálogos de las mismas y facilita su búsqueda, al estar organizadas por diversas categorías que, además, incluyen la valoración hecha por los usuarios finales y su costo (aunque algunas de ellas se ofrecen de forma gratuita). En estas tiendas, las apps ya han sido verificadas para garantizar que están libres de la mayoría de software malicioso existente, y proporcionan actualizaciones constantes que se instalan de forma automática, si el usuario así lo ha dispuesto.
 
Tipos de aplicaciones móviles
Apps nativas
"Una aplicación nativa es la que se desarrolla de forma específica para un determinado sistema operativo" (Lancetalent, 2014). Esto permite un acceso completo al dispositivo, a tiendas para instalación y actualización, y no necesariamente requieren de una conexión a internet para su funcionamiento. De acuerdo al sistema operativo, el lenguaje de programación para su desarrollo es el siguiente:
· Android: Java
· iOS: Objective–C o Swift
· Windows Phone: Visual Basic .Net o C#
· Blackberry OS: Java o C++
Dada la diferencia de lenguajes de programación utilizados para cada sistema operativo, se deduce que el código escrito no es reutilizable entre diferentes plataformas.
WebApps
Se trata de otro tipo de aplicaciones que también pueden ejecutarse sobre los dispositivos móviles sin que se requiera su instalación en el dispositivo ni acceso a las tiendas en línea. "A diferencia de las apps nativas, la aplicación web es compatible, se adapta, a cualquier sistema operativo, por lo que no tiene que desarrollarse una app para cada uno como sucede con el caso anterior. Asimismo, se adapta al navegador móvil utilizado por el dispositivo" (Solbyte, 2014). Este tipo de aplicaciones son en realidad una página web, la cual, en algunos casos, puede ser adaptada al formato de un dispositivo móvil. Cuando esto ocurre, se les conoce como Web Responsivas y despliegan todo su contenido, o parte de este, de una forma diferente, con respecto a la que se despliega desde un computador tradicional o laptop.
Lo anterior significa que la ejecución de la aplicación se hace de forma remota, es decir, en un servidor web al cual se conecta al ingresar a la página. Por lo tanto, no utiliza los recursos del sistema operativo o del dispositivo móvil de forma óptima; esto ocasiona, en la mayoría de veces, que la experiencia del usuario y el rendimiento sea menor que el ofrecido por una app. El desarrollo de estas aplicaciones es independiente del sistema operativo, y se emplean los lenguajes HTML, Javascript y CSS.
Aplicaciones híbridas
Corresponde a una combinación de los dos tipos anteriores. Así entonces, "como en las aplicaciones nativas, las aplicaciones híbridas se descargan desde la tienda de aplicaciones y pueden tomar ventaja de muchas de las capacidades del dispositivo móvil en el que están instaladas. Así como en las aplicaciones web, las aplicaciones híbridas dependen de que el HTML sea leído por un navegador web, pero con la diferencia de que el navegador está insertado dentro de la aplicación" (Estudio WAM, 2015). Estas se construyen con base en las herramientas de desarrollo de las WebApps, que permiten la utilización en los diferentes sistemas operativos, pero con la posibilidad de acceso a los recursos del sistema o del hardware, con lo cual mejoran la experiencia de usuario, con respecto a las WebApps.
¿Cuál es la utilidad de una aplicación móvil?
La gran utilidad de las aplicaciones móviles, con respecto a otro tipo de aplicaciones de software, incluye contar con una herramienta disponible en el bolsillo (en el dispositivo móvil), la cual no necesariamente requiere estar conectada a la red. Al disponer de una aplicación al alcance de la mano y de forma inmediata en nuestro teléfono móvil, tableta o reloj, las tareas cotidianas pueden hacerse un poco más sencillas, dado que se facilitan actividades, como escribir notas o recordatorios, hacer cálculos matemáticos, revisar el correo electrónico, conversar con otras personas a través de mensajes de texto, acceder a redes sociales, leer noticias, ejecutar labores de un negocio propio, entre muchas otras. Ahora bien, como no necesariamente una aplicación móvil necesita conectarse a una red, como por ejemplo internet, su funcionalidad en este sentido podría verse limitada frente a una aplicación web.
¿Cómo se crea una aplicación móvil?
Debido a que es una aplicación de software, su desarrollo depende del objetivo propuesto y la metodología utilizada. La premisa de que toda persona puede programar es, hasta cierto punto, correcta. Sin embargo, vale la pena aclarar algunos puntos clave para hablar de una aplicación de software y no de un programa. En principio, aquello que la mayoría de personas tiene en el dispositivo móvil es un software desarrollado por personas capacitadas para tal fin. En general, se trata de ingenieros de sistemas o de software, que utilizaron una metodología de desarrollo, la cual aumentó considerablemente las posibilidades de éxito y cumplimiento del objetivo de la aplicación. Asimismo, estos profesionales proporcionan un respaldo y mantenimiento adecuado a su creación y por ello reciben una remuneración. Cuando se habla de programar, se pierde gran parte del proceso, pues este se centra solo en la codificación, y aunque esto pudiera parecer lo único y lo más importante, en realidad no lo es.
Para desarrollar una aplicación móvil, se requieren en esencia, tres condiciones: voluntad, conocimiento en desarrollo de software y herramientas. La primera, y la más importante de las tres, es la voluntad y se refiere al deseo de hacer algo partiendo de los propios intereses y objetivos. En segundo lugar, el conocimiento en desarrollo de software es fundamental, ya que dicta el tipo de aplicación que se desea desarrollar, y que responde a una problemática existente y a satisfacer una necesidad de algún usuario. Por último, en cuanto a las herramientas, entra en juego un considerable componente técnico del desarrollo, dado que se deben escoger las apropiadas: un lenguaje de programación, como Java para dispositivos móviles con sistema operativo Android, o Swift para aquellos con sistema operativo iOS; un Entorno de Desarrollo Integrado (IDE), tal como Eclipse o Xcode, y algunos archivos externos que proporcionan funcionalidades adicionales, como acceso a bases de datos o diseño de interfaces gráficas, que se conocen como librerías o bibliotecas de clases. Con una correcta combinación de estos tres elementos se puede diseñar una aplicación móvil que permita solucionar alguna problemática particular.
Así entonces, las aplicaciones móviles constituyen una forma de disponer de software al alcance de la mano, para llevar a cabo actividades en su mayoría cotidianas. Esto se debe, en particular, a la evolución que hasta la fecha han
sufrido los dispositivos móviles, como las tabletas, teléfonos, relojes, consolas de videojuegos, entre otros, así como de los sistemas operativos que se requieren sobre estos últimos para que puedan instalarse y ejecutarse. En este sentido, las aplicaciones móviles se diseñan para funcionar sobre un sistema operativo en particular (Android, iOS, Windows, BlackBerry) y para solucionar una problemática específica en cualquier ámbito: comercial, administrativo, educación, entretenimiento u otro. Esto conlleva a pensar no solamente como usuario final de las aplicaciones, sino como alguien que puede encontrar una oportunidad de negocio que permita conectar una marca comercial con sus clientes, innovar desde la tecnología para ofrecer productos o servicios, u obtener nuevas fuentes de ingreso.

^Referencias

^{Estudio WAM. (2015). Tipos de aplicaciones móviles: ¿Cuál deberías elegir? Abril 11, 2017, de Estudio WAM Recuperado de http://estudiowam.com/tipos-de-aplicaciones-moviles/}

^{Lancetalent. (2014). Los 3 tipos de aplicaciones móviles: ventajas e inconvenientes. Abril 10, 2017, de Lancetalent Talento Digital. Recuperado de https://www.lancetalent.com/blog/tipos-de-aplicaciones-moviles-ventajas-inconvenientes/}

^{Solbyte. (2014). Tipos de aplicaciones móviles: nativas, webs, híbridas. Abril 10, 2017, de Solbyte Servicios Informáticos. Recuperado de https://www.solbyte.com/blog/2014/07/21/tipos-de-aplicaciones-moviles-nativas-webs-hibridas/}