Miércoles, 14 Marzo 2018 14:56

Adquisición del lenguaje en el monstruo de Frankenstein

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El presente texto busca identificar los puntos de convergencia o contacto entre los postulados teórico-empíricos de Piaget y Vygotsky, grandes psicólogos de la rama cognoscitiva, en la novela clásica de Mary Shelley (2010) Frankenstein o el moderno Prometeo. En principio, resulta necesario decir que el ejercicio es tan solo un intento de ilustrar el proceso de adquisición del lenguaje a partir de la novela, entendida como un elemento pivote que genera la posibilidad de discusión e ilustración.

Parece claro, entonces, que hemos de comenzar por aclarar qué entienden por lenguaje los autores mencionados. Una primera aproximación podría ser que el lenguaje es una habilidad comunicativa, que goza de componentes o elementos innatos y otros aprendidos, que se desarrolla gracias a la interacción de la persona con su entorno, pero que varía en la manera en cómo es adquirido por cada uno. Este texto hace mención de los dos autores, puesto que creo que a los dos les asiste razón en sus teorías, que, aunque son diferentes, se complementan.

Para Piaget (1991), la adquisición del lenguaje ocurre gracias a principios innatos como la capacidad de intelecto, por lo cual el primero es producto del segundo. Para el estudio de su adquisición, lo divide en estadios, que el niño transita hasta obtener voz y escritura, a la par que complejiza el pensamiento.
Mientras que, para Vygotski (2001), esta habilidad no se limita a la edad del niño o individuo, sino que también incide el entorno sociocultural, como una herramienta que, a la vez, participa en el desarrollo del pensamiento.

Para evidenciar los puntos mencionados, se expondrán ejemplos que se encuentran en el libro Frankestein o el moderno Prometeo, en los cuales se podrá observar el proceso de desarrollo del lenguaje del personaje del monstruo, en qué estadio se encuentra y cuál es el papel de la interacción con el entorno, ya que ilustra el aprendizaje derivado del ambiente: la comida, el sol y todo aquello que era nuevo para él.

Estadio sensoriomotor

El monstruo inicia su relato acerca de cómo empezó a conocer o reconocer el mundo en el que se encontraba, a partir de los sentidos y de experiencias confusas que luego se tornarían básicas en el reconocimiento de su entorno. Cabe resaltar que, para Piaget, este estadio, egocéntrico por demás, se centra en el yo y la acción del cómo puedo operar en el entorno, ya que “el pensamiento no aparece sino con el desarrollo de la función simbólica” (Piaget y Inhelder, 1968, citados por Zegarra y García, s.f., s.p.).

Para Piaget (1991), las circunstancias para el desarrollo del lenguaje han sido preparadas por las distintas fases de la inteligencia sensoriomotora, gracias a las sensaciones a que dan lugar y a la función simbólica. Por lo anterior, se podría afirmar que la adquisición del lenguaje se manifiesta a partir la unión de estas dos funciones. Pero, por otro lado, según Vigostky (2001), y con base en el mismo ejemplo, se puede afirmar que el mundo o el contexto en el que se encuentra el individuo no se descubre, sino que está ahí y es el individuo quien lo apropia. De acuerdo con lo anterior, para que el niño desarrolle su lenguaje es necesario ir del exterior al interior, como en el caso del monstruo, quien primero observó su entorno y fue asimilándolo; de esa manera, interiorizó las relaciones de los sucesos y las propiedades de los objetos.
 
Estadio preoperacional

Siguiendo con el ejercicio, el monstruo empieza a describir cómo descubrió que los demás hablaban e intentó imitar estos movimientos, sin comprender exactamente cuál era su significado. Es ahí cuando podemos afirmar, junto a Piaget, que “el niño aprende a utilizar el lenguaje, pero todavía no comprende las operaciones mentales de la lógica concreta” (citado por Myers, 2003, p.147). También se observa el lenguaje egocéntrico que manejó el monstruo. Cabe resaltar que, para Piaget, este hace referencia a la incapacidad del niño o individuo de captar o comprender el punto de vista de la otra persona. Vygotsky (2001) se aparta en este punto, pues él se refiere a la capacidad que tiene el niño o individuo de autocontrolarse a partir del lenguaje egocéntrico, hablándose a sí mismo. En este aspecto, si se miran las dos perspectivas, es necesario poner en evidencia que el relato revela el ritmo de aprendizaje del monstruo, en este pasaje, más de la mano de la propuesta vygotskiana.

 Estadio de operaciones concretas

Se dice que, en esta etapa, el lenguaje simbólico ya está en operación. Para Piaget (1991), esto hace más lógico el pensamiento, más racional, y se caracteriza, además, por el descentramiento del individuo hacia sus pares. Cuando el monstruo comienza a comprender el entorno donde se encuentra y el significado de las cosas, empieza a interactuar con las personas a su alrededor —como el hombre ciego— y confirma el uso del lenguaje como herramienta social. Esto establece un importante hito, en tanto logra exteriorizar sus pensamientos y trata de generar cambios en el estado mental y emocional de sus interlocutores. Por ejemplo, la relación del monstruo con el hombre ciego está llena de precauciones y cuidados que toma el primero con tal de no ser rechazado; además, el establecimiento de un vínculo interindividual a través del aprendizaje del habla y de la lectura, es decir, se hace humano por emplear los sistemas simbólicos del grupo social.

Estadio de operaciones formales

Según Piaget, en este estadio “los niños piensan de forma lógica sobre conceptos abstractos” (Myers, 2003, p.147), y es cuando se aprecian los procesos cognitivos superiores. En la novela, el monstruo empieza a reconocerse en su entorno y a emitir juicios acerca de quienes lo rodean (Vygotski, 2001). En esta parte del relato, se empiezan a conocer los pensamientos internos del monstruo; esto es, emplea experiencias particulares para conformar juicios universales que luego aplica sobre sí mismo y sobre quienes le rodean, con lo cual da cuenta de un desarrollo moral. Un ejemplo de ello está en la reflexión que hace sobre su propia naturaleza abyecta y repulsiva, basada en las reacciones de los demás, así como en los juicios de bondad o maldad sobre las personas que lo lastiman, y sobre la procedencia de sus actos de asesinato y crueldad.

Después de aclarar estas teorías e identificar como fue el proceso que tuvo que vivir el personaje del monstruo, reconocer el paso por algunos de estos estadios, y de realizar breves comparaciones entre los dos autores propuestos, es posible decir que resulta revelador evidenciar en dónde las teorías se unen y en dónde se separan, lo cual lleva a comprender más estos enfoques teóricos. Resulta fundamental que el monstruo llegue a la adquisición del lenguaje, sin importar el rango de edad ni las funciones específicas mencionadas por Piaget (1991); esto revela la importancia del entorno sociocultural en el que el personaje se desenvuelve, puesto que este definió cómo fue y qué tan rápido se dio la adquisición del lenguaje, al tener en cuenta la capacidad del individuo de imitar, asimilar, ordenar y generalizar.

Finalmente, y después de analizar estas posturas con ejemplos, no cabe duda de que las dos aciertan al momento de dar una explicación sobre cómo se desarrolla el lenguaje en los individuos. Cabe aclarar que la limitación que pone Piaget (1991) al clasificar  por rango de edades específicas, para explicar cómo se adquiere el lenguaje no parece la más adecuada o acertada, ya que, como se evidencia en la novela, para que el monstruo aprendiera a expresarse y a comunicarse con los otros fue necesario pasar por algunas de las mencionadas etapas, pero el factor fundamental fue la experiencia que adquirió de su entorno, a partir del uso de herramientas simbólicas o cognitivas, como lo referencia en su teoría Vygotski (2001).

 referencias
myers,d. (2003). capítulo 4. la persona en desarrollo. en psicología.7 ed. (pp.147-149). buenos aires: panamericana
piaget, j. (1991) seis estudios de psicología. barcelona: editorial labor, s. a.
piaget, j. & inhelder, b. (1968). capítulo 3. la función semiótica o simbólica. en psicología del niño. madrid: morata.
shelley, m. (2010) frankenstein o el moderno prometeo. alemany, s. (trad.). bogotá: penguin random house.
vygotski, l. s. (2001) pensamiento y lenguaje. obras escogidas. tomo ii, (pp. 9-348). madrid: machado libros.
zegarra, c. y garcía, j. (s.f.). pensamiento y lenguaje: piaget y vygotsky. recuperado de https://www.academia.edu/1370404/pensamiento_y_lenguaje_piaget_y_vygotsky
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