Jueves, 27 Septiembre 2018 16:05

Interdisciplinaridad, internacionalización y pensamiento crítico

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En el contexto global actual es necesario buscar nuevos enfoques que permitan encontrar soluciones novedosas a los problemas existentes. Una primera aproximación a esto es el trabajo interdisciplinario, donde profesionales de diversas áreas trabajan en conjunto, aportando ideas desde distintos puntos de vista, para lograr un todo que es más que la suma de las partes. Las exigencias del mercado profesional han llevado, durante las últimas décadas, a priorizar la especialización, logrando profesionales muy capacitados en una determinada área, pero con competencias limitadas a un espectro estrecho del quehacer profesional. Por lo tanto, resulta crucial la interacción con profesionales de otras disciplinas para poder abordar los problemas cotidianos desde un enfoque holístico. De la misma manera, la globalización ha hecho que las fronteras geográficas sean cada vez menos relevantes en cuanto a la generación y acceso al conocimiento científico, junto con nuevas tecnologías de la información que permiten una interacción cada vez más fluida con pares de otros países. Todo lo anterior permite encontrar nuevas soluciones a problemas antiguos y mejorar la forma en que se hacen las cosas en cualquier ámbito profesional.

Indudablemente, la evaluación de impacto ambiental es un buen ejemplo de esta situación, ya que es por definición un campo multidisciplinario, en el que convergen profesionales de la ingeniería, la arquitectura, la geografía, la biología, la economía y la sociología, entre otros.

 

Bajo el entendido que todas las acciones del ser humano sobre el ambiente generan un impacto, es fundamental esta mirada interdisciplinaria para determinar si la modificación del entorno que se pretende realizar (e.g., una construcción civil, la apertura de un camino, o el desvío de un curso de agua) tendrá un impacto irreversible en la naturaleza, la extensión espacial y temporal de dicho impacto, si es sostenible o no a largo plazo, y su impacto social. Claramente, este tipo de problemas no se pueden abordar desde una sola perspectiva, puesto que involucran una amplia diversidad de actores sociales. Los sistemas de evaluación de impacto ambiental (SEIA) son definidos por el marco legal de cada país, por lo que los SEIA difieren entre países y plantean distintos procedimientos y estándares para abordar una determinada problemática.



Por otro lado, el vivir en la era de la información también tiene problemas asociados: existe demasiada información al alcance de cualquier persona; tanta, que resulta abrumador poder tomar decisiones informadas en muchos casos. Es por ello por lo que además surge la necesidad de fomentar el pensamiento crítico entre los profesionales. Ante el constante bombardeo de información de cientos de fuentes distintas (entre las cuales es cada vez más común encontrar información falsa, por cierto), es imprescindible tener la capacidad de cuestionar la información que llega a nuestras manos. Para ello, es fundamental tener los conocimientos y las herramientas necesarias para discriminar la validez y pertinencia de la información que se nos presenta como válida.

Es así como el curso internacional de verano Sistemas de información geográfica en estudios ambientales pretende lograr un trabajo interdisciplinario y el desarrollo de pensamiento crítico en los participantes.

 

Este curso está dirigido a estudiantes de diferentes disciplinas (e.g., biólogos, administradores ambientales, arquitectos e ingenieros), con formación académica y enfoques muy distintos, los que reciben un conjunto de herramientas en tres ámbitos. Primero, se entregan herramientas técnicas relacionadas al uso y aplicación de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), capacitándolos para manejar e interpretar la información espacial disponible, así como poder generar información nueva a partir de sus datos. Segundo, se entregan fundamentos de evaluación de impacto ambiental que, mediante estudios de caso, se ilustran los distintos aspectos de esta disciplina. Y, por último, se entregan una serie de herramientas teórico-prácticas que integran lo anterior, mediante la resolución de problemas de evaluación de impacto ambiental mediante el análisis de información espacialmente explícita aplicando herramientas de SIG. De esta forma, el curso pretende ser no solamente una ‘navaja suiza’ de herramientas de trabajo, sino también fomentar el pensamiento crítico de los estudiantes.

La actividad final del curso consiste en el desarrollo de un trabajo grupal, propiciando la interacción de estudiantes de diferentes carreras para la resolución de un problema común. Cada grupo elige el problema que va a trabajar y buscan alternativas de solución. Esto ha hecho que el curso se enriquezca con la creatividad de los estudiantes, quienes han aplicado las herramientas del curso para determinar las áreas críticas de conservación de una especie en peligro de extinción, poner a prueba la efectividad de las áreas protegidas vigentes, estimar el impacto de la urbanización sobre un ecosistema frágil, pero también para mejorar las condiciones viales de su ciudad, determinar si la distribución y cantidad de escuelas de un municipio responde a las necesidades de la población residente, o bien optimizar el comercio mediante cambios en el patrón espacial de la oferta. Es así como este curso de verano, desarrollado en conjunto por profesores de la Universidad de Ibagué (Colombia) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile), pretende aportar a la formación profesional con una mirada interdisciplinaria y crítica, enfocado en la toma de decisiones. En junio de este año se llevó a cabo la segunda versión del curso con un aumento de casi 50 % de la matrícula, respecto a la primera versión en 2017.

Visto 737 veces Modificado por última vez en Jueves, 08 Noviembre 2018 13:53

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