Martes, 23 Octubre 2018 22:24

El otro lado del mundo

Escrito por
Valora este artículo
(0 votos)

 

Eva Binder


Lugar favorito de Colombia:

Guatapé (Antioquia)

Canción favorita:

Shallow - Lady Gaga

Película favorita:

'Nace una estrella'

 

Eva Binder nació en Austria hace 23 años. Es una mujer alegre interesada en comprender las distintas culturas del mundo. Está en Colombia como estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad de Ibagué, aprendiendo asuntos de logística industrial y, a su vez, disfrutando de las bondades de este territorio, pues la riqueza cultural de Latinoamérica le gusta, le interesa y la conforta.

Habla cuatro idiomas: el alemán, como lengua natal; el inglés, como la lengua de las ciencias; el francés, porque en su escuela le dictaron clases, y el español, porque la seduce. “Me gusta mucho el español y me interesa mucho Latinoamérica. Aquí veo muchas posibilidades de ayudar”, comenta.

Y es que lleva consigo un espíritu altruista desde siempre: mientras sus compañeros de colegio viajaban a naciones vecinas, similares a su país de origen, Eva buscaba la novedad.

Al terminar el colegio, con 18 años y la posibilidad de hacer lo que quisiese, se interesó por conocer lo que para ella es el otro lado del mundo, al llegar a Nicaragua como voluntaria.

Su voluntariado lo cumplió mediante la Organización la Esperanza Granada, ente dedicado a mejorar la vida y la educación de los niños empobrecidos que viven en Granada, Nicaragua. Allí, la joven, recién graduada del colegio, dictó clases de inglés, español y matemáticas a los niños guatemaltecos, durante seis meses.

Conoce más de 20 países europeos y asiáticos, pero enfatiza mucho en su estadía en Nicaragua y la experiencia estudiantil que vive ahora en nuestro país, porque su cultura, su clima y su perspectiva académica son toda una novedad para ella.

Lo distinto 

Eva es una mujer inteligente. Casi que lee el mundo con una mirada etnográfica, analiza la cotidianidad nuestra y hace comparativos con lo que se vive en Austria. Aplaude la familiaridad entrañable de nosotros, los latinos, incluso le impactó descubrir cómo el padre, la madre, la tía, el joven y la abuela confluyen en una misma fiesta.

"Recién llegué a Colombia me invitaron a una chiva (vehículo adaptado para convertirse en discoteca rodante) y vi que todos bailaban con todos. En mi país no es así, esas cosas no pasan. Rumbear en familia no se da, uno comparte cenas, pero no festejos. Ustedes sí y es lindo", admite.

 

 

Destaca el poder de sorprenderse, de descubrir, a sus 23 años, frutas que desconocía. “Yo no sabía que existía la guayaba, ni el tomate de árbol, por ejemplo”, comenta Eva, quien se siente retada por nuestra alegría y nuestra hospitalidad. “Aquí son muy amables, la gente entra en confianza pronto, entonces aquí me siento como en casa”. La austriaca ha recorrido, en este tiempo, las montañas y los mares de Colombia, con lo que ha comprobado los comentarios de uno de sus amigos europeos, que ya había visitado el país.



De Colombia hablan muy bien, sobre todo de la gente. A mí me ha gustado mucho la forma de ser de las personas, pero, también, los paisajes de este país. La Universidad de Ibagué es hermosa, me gusta el campus, me parece bueno que se conserve el verde, el prado y los animalitos.

“La Universidad de Ibagué tiene una relación muy cercana con Montanuniversität Leoben, que es mi universidad en Austria. El ingeniero Carlos Antonio Meisel, director del Programa de Ingeniería Industrial, cursó su doctorado allí, una estudiante de aquí ya estuvo en mi Universidad y ahora yo estoy aquí. Me parece importante y valioso que esa relación se mantenga. Soy la primera estudiante proveniente de Austria en Unibagué y contaré que la experiencia ha sido magnifica”, expone.

Eva volverá pronto a casa, donde la esperan sus papás y sus dos hermanas; la menor de los Binder regresa con nuevos conocimientos, con un español fluido, con nuevos sabores, con nuevos paisajes y con nuevos retos: sabe que es una mujer privilegiada, que está en condiciones de formarse rigurosamente en la academia para desde su saber, su servir y su ayudar.

— ¿A qué te sabe Colombia? Le pregunto.

— Yo debería decir que a café, pero a mí no me gusta. Me sabe a agua de panela con limón, a bocadillo con queso, a lechona y a ajiaco; a amabilidad y esperanza, concluye Eva.

Por: Germán Gómez Carvajal, productor de contenido Unibagué. 

Visto 802 veces Modificado por última vez en Viernes, 09 Noviembre 2018 22:55

Medios

Más en esta categoría: « El hombre flecha Tudo joia »