A lo largo de la historia, la televisión ha contado con tres medios de transmisión: abierta terrestre (la que recibimos con las antenas tradicionales), por cable (que requiere suscripción) y satelital (la que se recibe con antenas parabólicas externas también por suscripción); de ahí el auge publicitario actual de la Televisión Digital Terrestre (TDT), pues es la única abierta y gratuita.
En este momento no es de interés argumentar técnicamente sobre la TDT ni sus implicaciones en el uso eficiente del espectro y la calidad de lo ofertado, esto ha sido tratado en múltiples escenarios y su discusión es útil a solo un determinado público; pero sí es oportuno debatir las implicaciones tecnológicas, económicas y sociales que rozan al televidente y sus posibles expectativas.
Más del 60 % de la televisión domiciliaria, hoy en día, usa como medios de transmisión de la información el cable y el satélite, los cuales han venido ofreciendo su tecnología digital, desde hace ya algún tiempo. Sin embargo, muchos de los usuarios ni siquiera lo habían notado.
Resulta entonces una primera reflexión del porqué del auge publicitario de la TDT; esta es una transmisión abierta para todos los usuarios dentro de la zona de cobertura, hace uso eficiente del espectro radioeléctrico que permite la transmisión de varios programas digitales en el espacio de un canal analógico actual y otros múltiples que hacen más amigable el ver televisión y la gratuidad del mismo. Es, en este último apartado, donde al parecer existen las mayores implicaciones para productores de contenidos y operadores de servicio, debido a que en la actualidad se cobra por el servicio al suscriptor, se cobra por la publicidad al anunciante y se gasta en la producción, elaboración de contenidos y transmisión de los mismos, entre otros.
Una segunda reflexión sería, ¿qué programas o canales podremos ver a corto y mediano plazo en la TDT? Según la asignación de la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV), se podrán ver los canales privados, los públicos nacionales y los canales regionales, los mismos que hoy en día se reciben sin TDT, y que pocos usuarios —al menos en las grandes ciudades— utilizan por la vía aérea directa, pues sin hacer grandes encuestas se puede cuantificar el número de antenas tradicionales versus antenas parabólicas, sin tener en cuenta el gran número de suscriptores por cable que a simple vista no se observan, pero sí se pueden imaginar, si vemos los grandes enredos de cables en muchos postes de la ciudad (Autoridad Nacional de Televisión [ANTV], 2013). Será un reto para el Estado colombiano aumentar la oferta de programación por TDT, lo cual no significa estatizar la televisión ni privatizarla por completo, aunque, sin duda, es una nueva etapa en el negocio de la televisión.
Que los televisores actuales se comercialicen con sintonizadores acorde a la norma o la compra de decodificadores adicionales, no representa a corto plazo algo nuevo para el usuario (solo una mejora en la calidad); si el apagón analógico (término utilizado para la terminación en la emisión de los canales aéreos analógicos actuales) ocurre mañana, usted dejaría de ver solamente los canales que hoy disfruta por su antena convencional, si es que aún la usa, pues el servicio digital ya existe para los usuarios de televisión por cable y satelital con sus normas correspondientes y distintas a la DVD-T2. Los cableoperadores continuarán ofreciendo sus propios decodificadores que entregan salida de audio y video o mediante hdmi (Interfaz Multimedia de Alta Definición), aunque empiecen roces legales y económicos entre estos y los canales privados sobre los derechos de transmisión, como ya ha ocurrido. En este nuevo escenario, la antv será la encargada de poner orden.
En resumen, la TDT representa una apertura tecnológica con muchas posibilidades, que no serán realidad por el solo hecho de conectar el servicio, porque pudiera pasar, como sucede en muchos escenarios académicos, que, por estar en la moda del uso de las TIC, se utilizan novedosas tecnologías en aulas muy bien equipadas, pero se sigue repitiendo que dos más dos es cuatro.
Dentro de esas nuevas posibilidades están la mayor oferta de programas —ojalá de alto contenido cultural o didáctico— y el uso eficiente del espectro, que podrá liberar algunas frecuencias y usarlas en otro sector del mercado de amplio uso, como las comunicaciones móviles; no obstante, como sistema de televisión, depende de la producción de contenidos, la cual es escasa nacionalmente y supeditada a los suministros extranjeros.
Sería muy provechoso que los gobiernos locales y nacional pensaran en la utilización de las TIC para la enseñanza, empleando este nuevo medio tecnológico gratuito. Entonces, sí sería un magnifico binomio de tecnología e interés social y no solo un vehículo de propaganda mercantilista.
Referencias
Martínez Ante, O.L. (2014, junio 11). Del 2000 a nuestros días: una tv que lucha por el ‘rating’. El Tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14105813
Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones [MINTIC], 2013
Plan de Cobertura en Tecnología Digital por parte del operador Público Nacional. (Mayo de 2013). ANTV Autoridad Nacional de Televisión.Recuperado de Coordinación de Normatividad, Protección y Promoción: http://antv.gov.co/index.php/component/jdownloads/send/1078-plan-de-cobertura-en-tdt-por-parte-del-operador-publico-nacional/1793-130509-docregulatorio-cobertura-tdt-por-rtvc?option=com_jdownloads
