Martes, 15 Octubre 2019 13:05

La atomización de los partidos políticos en el Tolima

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Giovanni Sartori, en su libro Partidos y sistemas de partidos (2012), realiza una clasificación de los sistemas de partidos que pretende explicar el funcionamiento de los mismos en el marco de la sociedad. En el departamento del Tolima son varios los partidos políticos existentes y, por ende, cada uno de ellos tiene la posibilidad de conseguir poder a través de los procesos electorales. Sin embargo, como consecuencia de la gran cantidad de opciones existentes, es muy difícil que cada uno de ellos pueda llegar por sí solo al poder, por lo que se vuelve de gran importancia la consolidación de alianzas entre los partidos que permitan la obtención del poder.

En las siguientes líneas se hará referencia a los sistemas de partidos de acuerdo con Sartori, su clasificación y al por qué en el departamento del Tolima se observa la atomización de los mismos. En primer lugar, hablar de los sistemas de partidos implica hacer referencia a la definición misma de los partidos políticos. De acuerdo con Sartori, los partidos políticos son “cualquier grupo político que se presenta a competir en elecciones y que puede colocar mediante ellas a sus candidatos en cargos públicos” (2012, p. 20). A partir de esa base, Sartori considera que los partidos políticos van a cumplir unas funciones de representación y de expresión, siendo la última la más importante puesto que permite dar a conocer las peticiones de la comunidad y, en este caso específicamente, de sus miembros.

Conforme con Sartori (2012), los sistemas de partidos se entienden como un sistema de interacciones, en este caso entre los partidos políticos existentes en una sociedad. A partir de ese concepto, se advierte que los distintos partidos políticos existentes en una sociedad se constituyen en unos mecanismos de relacionamiento entre ellos que, finalmente, permitirán la consolidación del poder. También Sartori, al realizar su planteamiento sobre los sistemas de partidos establece una tipología de los mismos en el que establece la existencia de un sistema de partidos no competitivos y un sistema de partidos competitivos, que se caracterizan de la siguiente manera:
 
Sistema de partidos no competitivos
Propio de Estados en los que están presentes dictaduras, es aquel que (…) si, y solo si, no permite elecciones disputadas. Claro que lo que importa es la norma real, no la legal. Cualesquiera que sean las normas legales, la competencia termina, y la no competencia comienza, cuando quiera que a los adversarios y los oponentes se les priva de la igualdad de derechos, se les ponen impedimentos, se les amenaza, se les aterroriza o incluso se les sanciona por atreverse a decir lo que piensan. (Sartori, 2012, p. 264).
 
Sistema de partidos competitivos
La razón de ser del sistema de partidos competitivos del concepto de competencia. Sobre este respecto Sartori (2012) establece que la competencia a partir de una comunidad política se produce en el momento en el que en los enfrentamientos electorales no hay límites y la contienda llega hasta el final. Es decir que en el marco de un sistema de partidos competitivos es posible que cualquiera obtenga el poder y, a diferencia de los sistemas no competitivos, no habrá obstáculos que permitan que los partidos políticos existentes puedan llegar hasta el final y que a través de los medios legales puedan obtener el poder. A partir de esta base, Sartori plantea una serie de subsistemas competitivos que se presentan en las sociedades democráticas.

Entonces, en este contexto, el autor habla de un sistema de partidos predominante, es decir aquel sistema en el cual, pese a existir varios partidos políticos, es uno solo de estos quien ha detentado el poder por más de tres periodos. Este caso podría analizarse desde la perspectiva de los sistemas no competitivos, pero su diferencia fundamental radica en que aquí si es posible que los demás partidos políticos puedan llegar al poder pues existen los medios correspondientes para que estos lo hagan (Sartori, 2012).

Además de los sistemas de partidos predominantes también se habla de un sistema bipartidista,  es decir aquel en el que son dos partidos los que lucha por el poder, se lo rotan, y tienen gran poder de decisión al interior del Estado. Este sistema bipartidista a su vez puede ser perfecto o imperfecto. Un caso de sistema bipartidista perfecto fue el que existió en el Frente Nacional de Colombia, pues allí no se daba espacio real a la participación de los demás partidos que pudieran existir. De otro lado, se encuentra el bipartidismo imperfecto que es aquel en el cual son dos los partidos políticos que tienen posibilidades reales de poder, pero de cuando en cuando aparece un tercer partido que pueda poner en jaque las intenciones de poder de los dos partidos que dominan el entorno político.

Otra de las subclasificaciones planteadas por Sartori es aquellas que tiene que ver con el pluralismo limitado. Al hacer referencia a esta subclasificación se plantea que en un sistema de partidos de pluralismo limitado la repartición del poder se limita a máximo cinco partidos. Esos cinco partidos participan de los comicios electorales y pueden tener la posibilidad de obtener el poder. El hecho de que no existan más partidos supone que las diferencias ideológicas entre estos son mínimas (Sartori, 2012). Aquí se busca principalmente estar más cerca del centro y, por ende, ideológicamente no se podrán encontrar extremos.

 También, Sartori también hace referencia al pluralismo polarizado, pluralismo en el que hay más de seis partidos que pueden obtener el poder, pero menos de nueve, situación en la cual se hace alusión a la atomización de los partidos políticos. En el caso del pluralismo polarizado es posible encontrar mayores distancias ideológicas entre los partidos políticos, de ahí que se puedan encontrar extremos ideológicos y la consabida disputa derivada de los espectros políticos (Sartori, 2012).  

 Por último, el politólogo hace alusión al pluralismo atomizado, un sistema de partidos políticos en el que hay más de diezpartidos que pueden llegar a obtener el poder. Esto supone que el candidato de uno de estos partidos políticos no puede llegar al poder por sí solo, razón por la que toma gran fuerza la importancia de las coaliciones como un mecanismo idóneo para lograr la obtención del poder. Esas coaliciones suponen una participación activa en el gobierno, pero también supone que los vínculos que unen a estos partidos pueden ser débiles, por lo que en las elecciones subsiguientes no se puede confiar en que esas coaliciones sigan vigentes, razón por la que cada elección es un retomar de la baraja y volver a repartir (Sartori, 2012). 

En el caso de Colombia es evidente que en los últimos años se ha presentado una atomización de los partidos políticos que, de acuerdo con la Ley 130 de 1994 y la Ley 1475 de 2011, también se manifiesta en la existencia de movimientos políticos y grupos significativos de ciudadanos. Año a año, surgen nuevos partidos y movimientos políticos que participan en las elecciones y se constituyen en una nueva opción para lograr la obtención del poder.

Específicamente, el departamento del Tolima y, especialmente, el municipio de Ibagué no han sido ajenos a esta atomización de los partidos políticos. En los últimos años se ha podido observar que para los partidos políticos es más difícil poder llegar a la obtención del poder por sísolos. Cada vez que se van a dar elecciones los candidatos buscan avales y co-avales que les permitan verse fortalecidos para la obtención del poder.
Indudablemente, esta atomización trae consigo una serie de situaciones en torno al proceso electoral. En primer lugar, las encuestas no permiten medir la tendencia de voto, dado que al existir muchos partidos políticos y por tanto, muchos candidatos, cada uno de ellos tiene una posibilidad de marcar en las encuestas. Esto lleva a que no sea posible definir con exactitud quien puede ser el ganador del proceso electoral.

En segundo lugar, la atomización de los partidos políticos genera incluso situaciones de doble militancia, dado que muchos de los militantes de los partidos políticos no están de acuerdo con la decisión tomada por las directivas, por lo que prefieren acudir a otros candidatos que se acerquen a sus posibilidades ideológicas e incluso burocráticas. Estas y muchas más circunstancias posiblemente se presenten en el proceso electoral. Una vez pasen las elecciones regionales de 2019 se podrá revisar si efectivamente se siguen dando estos aspectos que se han planteado.

Referencias
Sartori, G. (2012). Partidos y sistemas de partidos. Madrid, España: Editorial Alianza.
 
Visto 2045 veces Modificado por última vez en Martes, 15 Octubre 2019 20:08

Lo último de Juan Manuel Rodríguez Acevedo, director (e) Programa de Ciencia Política, Unibagué.

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