Lunes, 03 Diciembre 2018 15:24

Historias contadas con lana

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El municipio de Murillo fue fundado el 24 de octubre de 1872 por los señores Ramón María Arana, Clemente Cifuentes y Rafael Parra. Después de un año, la Nación cedió 22 hectáreas de territorio para sus moradores y ejidos municipales. El acto legal de su fundación fue el 14 de enero de 1877. Es un municipio frío por su cercanía al nevado del Ruiz, pero cálido por la amabilidad de su gente y pujante por las manos trabajadoras de sus campesinos. Ubicado a 2.950 m s. n. m., al norte del departamento del Tolima, se destaca por sus calles en las que se puede caminar con tranquilidad y observar en su pintoresca arquitectura, uno de los legados de la colonización antioqueña: las fachadas de tabla parada y llenas de color. 

 

Enamorarse de este Municipio no es difícil, así lo demuestra la historia de Jorge Eliécer Hernández, más conocido como Jorge Pinta, un artesano de 72 años que teje ruanas y cobijas en lana sintética y natural desde que tenía 17 años.

 

Cuentan que por casualidades de la vida vio un taller en Manizales donde se tejían ruanas. Jorge, interesado en este arte, le pidió al encargado que le enseñara. Por $15.000, el equivalente al sueldo de dos meses del salario de Jorge como arriero, recibió dos semanas de clase. Era tan grande su pasión que en 10 días tejió sus tres primeras ruanas y su primera cobija, prendas que aún conserva.

Pero, por la violencia, su situación económica se tornó complicada dado que perdió su empleo como agregado de una finca. Entonces, ante la falta de oportunidades, decidió emprender su negocio de ruanas en Manizales. Sin embargo, no encontró a nadie quien le diseñara o le vendiera una máquina para tejer igual o similar a la máquina en la que él aprendió. En vista de esto, diseñó y construyó su máquina. Con la experiencia que ganaba día a día, perfeccionó cada tejido que elaboraba, hasta el punto que llegó a ser considerado como uno de los exponentes de ruanas y cobijas más reconocidos a nivel regional, ocupando el primer lugar en exposiciones organizadas por los municipios de Fresno, Manzanares, Manizales y Pereira.   

 



Cuando en Manizales la demanda de ruanas empezó a bajar, se radicó en el municipio de Murillo, pues por el clima el mercado era más amplio para emprender su negocio. Actualmente, Jorge es uno de los principales artesanos de ruanas en el Municipio, siendo este un atractivo para los visitantes y extranjeros que llegan cada año al colorido y frío Murillo. Cuando se le pregunta a Jorge por el significado de este trabajo para su vida, él responde con una sonrisa en su rostro:

Es un orgullo, en primera medida, por las exposiciones en las que he quedado en primer puesto y en segunda medida, por la obra, esto es la obra que yo hago y yo me pongo feliz porque todo el mundo se aterra y preguntan: ¿este hombre cómo hace estas obras de lindas?

 Al igual que para la vida de don Jorge, la lana también es el motor de la Fundación Communitas, un proyecto que inició en el año 2013 en el municipio de Murillo con el propósito de trabajar por el Departamento con el desarrollo de  proyectos sociales. Cuando la Fundación inició, se identificó que pese a que Murillo es un municipio productor de lana, esta no se estaba aprovechando productivamente y que en muchos casos era quemada o desechada. Sumado a esto, se determinó que solo quedaban seis artesanos, Luis Paiva que teje con lana de oveja en el telar y Jorge Hernández que teje en telar artesanal, además de cuatro artesanas que hilan y tejen. Entre ellas, está la señora Defina, reconocida como una hilandera emblemática del Municipio.

 

Desde entonces, la Fundación busca recuperar el tejido tradicional de la lana, transmitiendo el conocimiento ancestral que hace parte del patrimonio inmaterial del Municipio y promoviendo el sentido de pertenencia por el territorio. 

 

 

Con el apoyo de la alcaldía municipal compraron telares horizontales y, a la fecha, han capacitado a 80 personas, 40 del casco urbano y 40 pobladores de la vereda la Esperanza. Participaron durante el 2015 y el 2016 en el evento Maquila y Moda de la ciudad de Ibagué, y desde el año 2017 incursionaron en la elaboración de zapatos y otras prendas de vestir. Adicionalmente, a la Fundación se ha sumado la Asociación de artesanas emprendedoras (ARTEMUR) para liderar el proyecto Tejiendo un Futuro con el que se busca rescatar las prácticas referentes al aprovechamiento de la lana de oveja en la región. 

En realidad, como estudiantes del Semestre Paz y Región nos sentimos muy inspirados en el trabajo de todas las personas que han sumado sus manos a este proceso y decidimos durante nuestra estancia en el periodo académico A 2017 sumar las nuestras. A partir de los conocimientos como ingenieros mecánico y civil, diseñamos y elaboramos los planos de cada una de las piezas que conforman el telar tradicional, pues nos comentaron que por la ausencia de planos de este artefacto, se dificultaba su construcción y reparación. Ahora la Fundación cuenta con la descripción geométrica de cada una de las piezas que conforman la maquinaria y esto les ha permitido construir nuevos telares a un menor costo y aumentar la productividad, así como las redes de aprendizaje.

Este proyecto, que empezó como una iniciativa netamente cultural, ha generado impacto económico y social, reactivando el proceso productivo. Un ejemplo de ello son los campesinos que han incursionado en el mejoramiento genético de sus ovejas para obtener lana de mejor calidad por medio de procesos de inseminación; además, se ha  activado el turismo artesanal con la visita de turistas que desean comprar los productos de la región.

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