Lunes, 03 Diciembre 2018 16:11

La paz tiene rostro femenino

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Históricamente, la mujer de los sectores populares ha estado relegada al ámbito doméstico, desempeñando labores relacionadas con el hogar, la crianza y actividades poco valoradas en la economía familiar. En ese sentido, se ha ubicado en una situación de desventaja con respecto del hombre. Hoy la mujer transita de la esfera privada y doméstica a la esfera pública; de esta manera, ha pasado a ser un actor central en el proceso de desarrollo regional y local. En pertinencia, esta es la historia de Inelda Bustos Acosta, una mujer líder que espera morir trabajando por el municipio de Ataco y por la ampliación de los derechos de otras mujeres, especialmente de la mujer indígena.

 

Con 50 años de edad, Inelda es gobernadora líder del Cabildo Indígena Pijao. Después de tantos años, sigue viviendo en el municipio de Ataco no solo por haber nacido allí, sino porque es el territorio que ha visto el crecimiento de su lucha.

 

 

Su trabajo como líder indígena se ha centrado en el desarrollo de diferentes actividades orientadas a la mejora de la calidad de vida de la comunidad atacuna; entre ellas, es posible mencionar el apoyo que brinda en la gestión de trámites legales y de articulación entre los Cabildos para resolver conflictos, dudas e inquietudes frente a los procesos de planeación y toma de decisiones. 


De igual forma, se ha interesado en fortalecer la relación con otros sectores de organizaciones populares, con miras a la búsqueda de objetivos que favorezcan el bien común, la recuperación de tierras, el reconocimiento de la comunidad indígena ante el gobierno municipal, departamental y nacional y también ante las entidades públicas o privadas tanto a nivel nacional como internacional, con el propósito de buscar beneficios para la comunidad y recuperar la identidad cultural indígena.

 



Para ella, Ataco es un municipio distinto a los otros, pues ha avanzado en la construcción de políticas públicas para las mujeres, que favorezca el trabajo que estas realizan con grupos étnicos, población campesina y población víctima del conflicto armado. Este marco gubernamental es de vital importancia en tanto brinda la oportunidad a las mujeres atacunas de promover iniciativas con las que se den a conocer los distintos grupos étnicos que hay en el Municipio, identificando la existencia de ancestros e historias en común con la población campesina.

Como no pudo adelantar estudios de formación profesional, ya que tanto por la falta de recursos económicos y la disposición de tiempo, solo adelantó los de básica primaria y bachillerato. Por eso, se dedicó a temprana edad a trabajar en actividades domésticas y, en ocasiones, en actividades agrícolas, para contribuir con los gastos económicos de su familia. Inelda cuenta que uno de los desafíos más duros que enfrentó en su vida fue el desplazamiento en el año 2007 de la comunidad de Santa Rita de la Mina por culpa del conflicto armado.

Actualmente, su principal labor es hacer una contribución para mejorar la calidad de vida de la comunidad. En su trabajo se ha ocupado también de conseguir recursos y oportunidades laborales pues considera que, por mucho tiempo, su comunidad sufrió la ausencia del Estado, sin mencionar los tristes recuerdos del conflicto armado. Esta líder aduce que así como en algún punto de la historia en este territorio se sembró el miedo y la desesperanza, hoy puede considerarse tierra fértil para la reconciliación, el perdón y el bienestar social. Inelda tiene la certeza que los aprendizajes del pasado han hecho que las comunidades sean más autónomas en la gestión de su desarrollo.

 

Además, para ella, el tema de la paz es algo que viene desde un proceso de formación de la familia.

 

 

Considera que si se tiene paz en el hogar en el entorno también va a existir; piensa que desde el Municipio se puede generar paz con mayor atención a la población vulnerable y con la existencia de recursos para atender a quienes más lo necesiten, de manera que se brinden mayores oportunidades a la gente.


En relación con el tema de las mujeres, Inelda dice que en el Municipio las mujeres se dedican a la minería y a trabajos forzosos para buscar los recursos de su hogar. Afirma que en Ataco hay una gran cantidad de mujeres cabezas de hogar, que se tienen que dedicar a labores duras, de campo, ya que tienen pocas oportunidades de trabajo y educación. Pero, es optimista, pues considera que las oportunidades para la mujer atacuna van a mejorar; está cierta que para avanzar es fundamental el compromiso del gobierno local, la buena administración de los recursos y la autodeterminación de las mujeres. Por ello, quiere impulsar la creación de una oficina para la mujer, que pueda atender los diferentes problemas y conflictos que se encuentren en el Municipio y en el hogar, además de ofrecer oportunidades educativas y laborales que mejoren la calidad de vida de las mujeres y sus familias.

En la actualidad, Inelda lidera proyectos de agricultura. También, en este momento trabaja con seis comunidades del casco rural de Ataco, cinco de ganadería y una de piscicultura y avicultura. Por último, ella cree que las mujeres atacunas son emprendedoras y muy buenas líderes, pues a pesar de las circunstancias y de las épocas violentas que se han presentado en el Municipio, siempre quieren destacar el lado positivo de su territorio.

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