Viernes, 16 Marzo 2018 16:13

Los monstruos

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Hernán Parra


Hobbies:

Jugar con carros junto a su  hijo, nadar.

Artistas favoritos:

Paulo Cohelo, Diomedes Díaz.

Comida predilecta:

Hamburguesa con papas fritas.

Las verdades, las culpas, los retos, se asoman a los humanos en diferentes tamaños. Unas  galletas, la envoltura de las galletas, una malta, la botella de la malta, una cerveza y su lata, residuos de pizza, migajas de queso y piña adheridas a un cartón, elementos que se juntan, se condensan, estilan unos sobre otros,una masa amorfa que se deja ver rebosante en la cumbre de una caneca de basura,obviamente, sucia.

 

 

La caneca comunitaria del edificio la rellené solo, solo solito.Yo que sin cocinar, comprando todo hecho, sin ser un comprador desaforado, provoqué en tan  solo ocho días, una columna voluminosa de desechos casi de mi  tamaño.

 

Uno no asume la problemática ambiental, resultado del mal manejo de la basura, porque es una culpa colectiva; pero, cuando te encuentras solo, sin mamá en casa, en tu apartamento de soltero, te das cuenta que eres una máquina contaminante, que tu existencia tiene un costo enorme para el planeta, que tus días dejan huella y no las mejores, y que el manejo de residuos debe modificarse ya. El reciclaje es inminente, el reciclaje bien hecho.


Como verdad abrumadora, el periódico El Espectador publicó, el primero de septiembre, el descubrimiento en aguas pacíficas de una isla más de basura del tamaño de nuestro país. Una nueva bofetada.

 

 

Para el ibaguereño Hernán Darío Parra Lozano la pesadumbre ecológica le arrugaba los días, porque también se estrelló con la realidad sucia, hacerse padre y ver el panorama ambiental cada vez más  turbio se le convirtió en inquina.



Pese a  tener un empleo estable empezó a trabajar para transformar paulatinamente su modus operandi, al reutilizar cosas y ofrecer servicios de reciclaje de plástico. Cambios chicos pero de intenciones enormes. Actualmente, Hernán es empresario y líder de Recimath, un sueño  familiar con repercusión regional.

REcimath es una  empresa de vocación ecológica, con proyección económica y social, que le reporta a Hernán ingresos para su hogar y, de paso, le permite ayudar al mundo, a partir de una lección aprendida en la cátedra de Responsabilidad Social que le  dio vueltas durante noches y lo llevó a asumir el reto:un egresado de Administración de Negocios Internacionales de la Universidad de Ibagué que se tomó a pecho el eslogan Comprometidos con el  desarrollo regional.

Si bien Hernán Darío temía ser independiente, por lo que ello, conlleva, a la par de su empleo formal, preparó  la carta de presentación de su empresa y diseñó su estrategia sobre cómo vender no solo su marca, sino la idea que hay tras Recimath: ser un aliado. En efecto, esta es una  empresa de educación ambiental y asesoramiento en el manejo de residuos sólidos. Propone relaciones comerciales que beneficien en doble vía, a su estructura y a la de sus clientes. Hernán puso sus ojos en los sitios de rumba de la  ciudad,  pues el  90% de la basura de tales sitios es reutilizable. Su negocio entrega unas canecas de recolección en comodato y brinda la capacitación para el manejo de las  basuras, la recolección y la búsqueda de la reutilización de los residuos, es un proceso  cíclico que no deja que la  basura sea basura.

En realidad, los empresarios que pactan con Recimath se benefician económica y logísticamente, pues la empresa de aseo de la ciudad cobra por el volumen de basura que se recolecte en los establecimientos; siendo aliados de Recimath, el volumen de desechos desciende considerablemente, sumando como plus las bondades tributarias que el Estado entrega a las  empresas ambientalmente responsables. Un negocio redondo donde se benefician todos.

En un entorno donde los proyectos ecológicos, aunque altruistas y aplicados, son de poca duración, la empresa de Hernán se extiende, se encarga de las basuras de la cárcel y de algunos conjuntos residenciales.Se posiciona con fuerza  ante la debilidad aventurera de las empresas ecológicas ibaguereñas que son altruistas y hacendosas pero de poca duración. Además, la gente, animada en reciclar, ve cómo su esfuerzo se pierde cuando el carro de la basura mezcla todo, sin nadie que recolecte de la manera adecuada. Recimath cuenta con cinco empleados, es una empresa familiar, Hernán es multifuncional, está en la parte comercial, de recolección, está en todo. Sabe que más que ofrecer un servicio está  ofreciendo cultura y esa es su apuesta.

Sus aliados más  fuertes en los conjuntos residenciales son los niños, quienes tienen en cuenta que el tetra pack no es reciclable en Colombia y prefieren botellitas de plástico como envase. Son los ciudadanos del futuro, quienes desde ya, sin tener poder adquisitivo, sí tienen poder de decisión y han decidido tratar más bonito al planeta, luchar por la existencia de islas paradisíacas y la contribuir con la desaparición de monstruos de basura en mares, ríos, praderas  y montañas.

Por:Germán Gómez Carvajal,Productor de contenidos, Unibagué.

 

 

 

Visto 1173 veces Modificado por última vez en Lunes, 09 Abril 2018 15:28

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